miércoles, 3 de octubre de 2012

El inquisidor que odiaba a las mujeres


Que el Malleus Maleficarum, que impulsó la cacería de brujas en el s. XV - XVII, fuese uno de los libros más infames de la historia es algo que casi todos sabíamos. Pero el estudio moderno de esa obra nos ha mostrado más claramente el profundo odio y la astuta maldad que anidaba en el alma de su autor.
Y digo autor, porque aunque usualmente se ha creído (yo mismo lo creía así, hace unas semanas) que era obra de dos autores (una cosa en sí misma bastante rara para la época), la investigación más reciente y mejor fundada lo atribuye a un solo autor: el inquisidor Henricus Institoris (en alemán: Heinrich Kramer). La asociación de la obra con el nombre de Iacobus Sprenger fue una de las muchas maniobras que realizó su autor para rodear a su obra de autoridad y prestigio.
Ya desde el s. XIX era bien sabido que la aprobatio de los profesores de la universidad de Colonia, que se incluía en la obra, era por lo menos parcialmente falsa. De hecho la praxis de Institoris como inquisidor así como su tratado fueron duramente criticados por autoridades eclesiásticas y civiles. Institoris aparece pues como un hombre tan obsesionado en su demencial cacería de brujas que no dudó en falsificar con tal de aparecer como un respetable teólogo, que enseña unas tesis bien fundadas, y un jurista que sigue una praxis intachable. Y esa ilusión fue tan bien construida que la obra pronto obtuvo un éxito avasallador, convirtiéndose en una especie de irrefutable "Biblia de la brujería", sobre todo en Alemania e Inglaterra.
Ilustración en la edición de Henricus de Nussia (Colonia 1511) del Malleus Maleficarum
Especialmente llamativo es su profundo desprecio y odio hacia las mujeres, dedicando un capítulo de su obra para explicar por qué las mujeres están más inclinadas a la brujería que los hombres (I parte, cap. 6). Este capítulo es una especie de florilegio de todos los escritores misóginos de la Antigüedad y la Edad Media. Maliciosa y tendenciosamente se mezclan citas bíblicas, textos apócrifos de los santos Padres, anécdotas cómicas, etc., pero todo siempre conduciendo a una misma finalidad: crear el convencimiento que la mujer es "menos espiritual" que el hombre, está dominada por las pasiones más bajas, especialmente la ira y el apetito sexual, y es envidiosa enemiga del hombre, y entonces, empujada por estos violentos celos, se entrega al demonio para poder realizar lo que su debilidad e inferioridad natural no le permiten.
A continuación podemos leer varios fragmentos extraídos del capítulo sexto de la primera parte:

También por eso, tal como Valerio narra, el día que murió Foroneo, rey de los griegos, le dijo a su hermano Leoncio: "Para la máxima felicidad nada me hubiese faltado, si nunca hubiese tenido esposa". A lo cual Leoncio: "¿Y cómo la mujer impide la felicidad?" Y aquél: "Eso todos los maridos lo saben".
Quare etiam, ut narrat Valerius, Foroneus, rex graecorum, die qua mortuus est, dixit Leoncio fratri suo: "Ad summam felicitatem nihil mihi deesset, si mihi semper uxor defuisset". Cui Leoncius: "Et quomodo uxor obstat felicitati?" Et ille: "Mariti hoc omnes sciunt".
Y se lee, sobre uno cuya mujer se había ahogado en el río, que, buscando su cadáver para sacarlo del agua, iba por el río contra corriente, y preguntado, ya que las cosas pesadas van hacia abajo y no hacia arriba, por qué razón la buscaba corriente arriba, respondió: "Esta mujer en vida siempre estuvo en contra de mis palabras, actos y mandatos, por eso la busco en la parte opuesta, por si quizás también muerta tuviese una opinión contraria a lo habitual".
Et de quodam legitur, cuius uxor submersa erat in fluvio, quod, cum quaereret cadaver eius ad educendum de aqua, ibat per fluvium contra aquam, et interrogatus causam, cum res graves descendant infra et non supra, quare quaereret contra aquam, respondit: "Mulier ista in vita semper fuit contraria dictis et factis, sive mandatis meis, ideo quaero contrario modo, si forte etiam mortua contrariam voluntatem ultra consuetum tenuisset".
También conocemos otra característica [de ellas] por la voz. Pues así como es mentirosa por naturaleza, así también en el hablar punza pero agrada, por eso su voz es comparada al canto de las sirenas, que atraen a los transeúntes con una dulce melodía y al final los matan. Sin duda matan, porque vacían el bolsillo, quitan las fuerzas y obligan a abandonar a Dios.
Audiamus et aliam proprietatem per vocem. Nam sicut est mendax in natura, sic et in loquela, nam pungit, et tamen delectat, unde et earum vox cantui syrenarum assimilatur, quae dulci melodia transeuntes attrahunt, et tandem occidunt. Occidunt quidem, quia ex marsupio evacuant, vires auferunt et Deum perdere cogunt.
También es "más amarga que la muerte", porque la muerte corporal es un enemigo evidente y terrible, pero la mujer es un enemigo adulador y oculto. Y por eso es el lazo más amargo y peligroso, ya no digo de los cazadores, sino de los demonios, porque ellas ahora capturan a los hombres, no solo por los deseos carnales, al verlas y oírlas, ya que su cara es "viento abrasador y la voz silbante de la serpiente", según Bernardo, sino también embrujando innumerables hombres y ganado.
Iterum "amarior morte", quia mors corporalis est inimicus manifestus et terribilis, sed mulier inimicus blandus et occultus. Et ideo amarior et periculosior laqueus, iam non dicitur venatorum, sed daemonum, quia eas iam capiuntur homines, non solum per carnalia desideria eas videndo, audiendo, cum earum facies sit "ventus urens et vox serpentii sibilus" iuxta Bernardum, verum etiam innumeros malefaciendo homines et iumenta.

Si quieres leer este capítulo entero y saber más sobre esta obra puedes hacerlo en :

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