lunes, 21 de noviembre de 2016

Un caso clínico del s. XVII


Hay un viejo chiste que dice que un hombre, aquejado por varios males y asustado, acudió al médico y le dice: “Doctor, por favor, dígame qué tengo; pero no me lo diga en latín y griego, sino con palabras sencillas y claras”. Y el doctor le responde: “Lo único que te pasa es que eres un glotón y borracho, y si no cambias, tendrás problemas más serios”. Y el hombre: “Bueno, doctor, cuando venga mi mujer, ¿sería tan amable de decírselo en latín y griego?”
Hasta mitad del siglo XX era corriente que los médicos usasen todavía una gran cantidad de términos y expresiones en latín y griego, testimonio del hecho que durante siglos la Medicina se apoyó en los clásicos griegos y que incluso durante casi toda la Edad Moderna los estudios y tratados se siguieron escribiendo en latín.
En la anterior entrada pusimos de relieve que el latín, aunque perdió mucho prestigio y retrocedió en varios campos durante los s. XV-XVI, sin embargo continuó vigoroso en varios campos de la ciencia. Hoy quiero presentar un fragmento de un tratado de medicina del s. XVII.
Johann Jakob Wepfer (1620 - 1695) fue un médico suizo, que estudió en Estrasburgo, Padua, Roma y Basilea. Es conocido por sus estudios sobre toxicología (Cicuta aquatica historia et noxae, 1679), sus descubrimientos en anatomía y patología, así como sus observaciones sobre la apoplejía, que plasmó en sus “Observationes Anatomicae” (primera edición 1658), en los que narra casos de personas que sufrieron apoplejía y que posteriormente él realizó la autopsia para examinar los daños o alteraciones en el cerebro.

Frontispicio del "Humani Corporis Fabrica" (edición de 1543) de Andreas Vesalius, que es considerado el padre de la anatomía moderna. La disección de cadáveres nunca fue prohibida por la Iglesia católica, pero durante la Edad Media fue difícil obtener cadáveres y fueron escasos los cirujanos hábiles

A continuación podemos leer uno de los casos que él describe. Su descripción es larga y detallada y solo traduzco la parte en que Wepfer describe la historia del paciente. Aunque desde el punto de vista médico es muy interesante la parte en que él describe la autopsia, por desgracia admito que no tengo estómago médico para entrar en esos detalles, así que solo dejo las primeras líneas de la autopsia y luego cuando detecta en el cerebro la causa de la apoplejía.

Johann Jakob Wepfer, Observationes Anatomicae ex cadaveribus eorum quos sustulit apoplexia, Schaffhusii 1675, Historiae apoplecticorum, Historia XIV, p. 392 - 398.

Úrsula Aberling, de Wolfach [hoy en Baden-Württemberg, Alemania], soltera, de 23 años, temperamento sanguíneo, de poca estatura, carnosa, fuerte, sirviente en una taberna.
Ursula Aberlin, wolfachensis, virgo, 23 annorum, plethorica, staturae mediocris, carnosa, robusta, famula apud cauponem.
Una vez, a pleno sol, en el verano de 1667, ella llevó sobre la cabeza un atado de hierbas grande y muy pesado desde el campo hasta casa. Bajo este peso ella sintió claramente que algo se había roto dentro del cráneo.
Ad solis insigne, aestate 1667, semel magnam graminum farraginem ac pondere gravem capite gestatam ex agro domum deportavit. Sub hoc onere sensit manifeste aliquid intra cranium ruptum fuisse.
Poco después llevó los alimentos con la vajilla, puesta sobre la cabeza, a los segadores en un lugar montañoso cerca de Wolfach. Ya que ese peso le oprimía demasiado, hasta el punto que creía que sucumbiría bajo él, y no había nadie a mano que le quitase ese peso, con gran penuria, además cuesta arriba, se dirigió a su destino, por lo cual de nuevo notó un crujido dentro del cráneo.
Paulo post cibaria cum suppellectili, capiti imposita, ad messores in loca montana Wolfachio vicina detulit. Cum ab hoc onere summopere gravabatur, ut sibi sub illo occumbendum putaverit, nemoque praesto esset qui ipsam hoc onere levasset, magna contentione, etiam per acclivia, [p. 393] ad locum destinatum properavit, unde denuo fragorem intra cranium editum animadvertit.
Desde aquel momento le costó controlar la orina, sin embargo prestó sus servicios del modo habitual, con la diligencia de siempre, sin rehuir las labores por la severidad del padre, y sin quejarse nunca de ningún otro síntoma. Las menstruaciones siempre vinieron con normalidad.
Ab illo tempore minus urinam detinere valuit, nihilominus officia servilia solito more praestitit, strenua alias, nec ob patrem duriorem labores fugiens, nec unquam de ullo alio symptomate conquerens. Menses semper rite fluxerunt.
El día 22 de diciembre de 1667, no notando ningún mal, tanto corrió [para ir] al templo que se acaloró. En el templo se queda helada. Luego nota que no puede apoyarse firmemente en el pie izquierdo, por lo cual cae de rodillas, con el cuerpo algo inclinado, que si no hubiese sido sostenida por la vecina, hubiese caído al suelo.
Die 22 decembris 1667, nihil mali praesentiens, ad templum ita cucurrit ut inde incaluerit. In templo perfrigeratur. Mox animadvertit se pedi sinistro non posse firmiter insistere, unde in genua decubuit, vix inclinato corpore, nisi a vicina sustentata fuisset, humi prostrata fuisset.
Todo el lado izquierdo estaba privado de movimiento y sensibilidad, los labios se torcían y la mandíbula inferior le caía a la derecha. Primero hablaba de modo que se le podía entender, pero poco después con gran dificultad. Los presentes, creyendo que era una lipotimia, aunque no había perdido el buen color de cara, le rociaron bastante agua fría.
Totum sinistrum latus motu et sensu privabatur, labia torquebantur ac maxilla inferior dextrorsum abripiebatur. Primum loquebatur ut intelligi potuerit, paulo post vero aegerrime. Astantes, leipothymiam morbum ratae, quamvis vividum faciei colorem non amiserit, ipsam frigida large conspergunt.
Tras ser llevaba hemipléjica a casa, durante 14 días estuvo delirando. Se quejaba de un cruelísimo dolor de media cabeza, como si con gran violencia le tirasen hacia arriba los cabellos continuamente. También le dolió mucho el ojo derecho, y le parecía como si se lo arrancasen de la órbita.
Hemiplectica domum deportata, per dies 14 deliravit. Conquerebatur de syncipitis dolore saevissimo, quasi summa vi sursum capilli ibidem raperentur continue. Oculus quoque dexter intensissime doluit, ac videbatur ipsi ac [p. 394] si ex orbita evelleretur.
En el lado izquierdo todo estaba hemipléjico y no sentía ni la más mínima molestia ni en la cabeza ni en otra parte, excepto la pérdida de movimiento. En los primeros días tuvo necesidad de orinar con gran frecuencia y abundancia, pero nunca mojó el lecho. Largo tiempo le afligió la cefalea y solo esto le impedía. No se le proporcionó ningún medicamento, excepto algunas aguas cefálicas poco eficaces.
In sinistro latere toto hemiplectico, neque in capite neque alibi, praeter motus ablationem, nec vel minimam molestiam experiebatur. Primis diebus creberrime et copiose mingere cogebatur, nunquam tamen lectum perminxit. Cephalalgia diu continue afflixit atque hanc unice causabatur. Medicamenta nulla praeter aquas quasdam cephalicas pauperculae exhibita fuerant.
El día 12 de febrero de 1668, cuando yo estaba en Wolfach con la ilustrísima doña Ana Magdalena [von Hanau-Lichtenberg] condesa de Fürstenberg, yo la llamaba, es decir después de la octava semana del ataque hemipléjico. Entonces estaba carnosa y con buen color de cara. La boca ya no se le torcía, hablaba con claridad y presteza, y no se quejaba mucho del dolor de cabeza.
Die 12 februaris 1668, cum Wolfachii apud illustrissimam dominam Annam Magdalenam comitissam de Furstenberg essem, ad ipsam vocabar, scilicet post octavam septimanam ab insultu hemiplectico. Tunc temporis carnosa et bene colorata fuit. Os non amplius distorquebatur, loquebatur sana et expedite, non multum de capitis dolore conquerebatur.
El brazo izquierdo no pudo moverlo por propia voluntad, pero, al yo presionarle con fuerza uno u otro dedo encorvado, contrajo un poco el brazo. Pudo apoyarse un rato en el pie izquierdo, pero no pudo moverlo hacia adelante. Frecuentemente un movimiento convulsivo sacudía tanto el brazo como el pie izquierdo.
Brachium sinistrum movere sua sponte nequiit, at, uno alterove digito incurvo fortius a me compresso, brachium aliquantulum attraxerat. Pedi sinistro aliquandiu insistere, verum antrorsum ipsum promovere non valuit. Tum brachium tum pes sinister saepe motu quodam convulsivo succutiebantur.
El apetito y lo demás lo tuvo bastante bien. También las menstruaciones hasta entonces bajaron normalmente a su tiempo y sanas.
Appetiit et caetera satis bene habuit. Menses quoque stato tempore ceu sanae huc usque legitime [p. 395] manarunt.
En aquel entonces la persuadí a tomar a turnos romero hervido y purgas de otras hierbas cefálicas y ungüento nervino; a la vez le mandé una adecuada ración de alimentos; en lo cual la ilustrísima señora condesa, bondadosísima con los pobres, le proporcionó socorro espléndidamente.
Suasi tunc temporis decoctum rorismarini aliarumque herbarum cephalicarum purgantia per vices sumenda et linimentum nervinum; imperata simul congrua victus ratione; qua in re suppetias illustrissima domina comitissa, erga pauperes benignissima, luculenter contulit.
Siguiendo esto durante un tiempo, pero no con bastante solicitud, al volverle poco a poco las fuerzas al pie izquierdo, apoyada en un bastón salió en público todo el verano, e incluso frecuentó el templo.
His aliquandiu, sed non satis sollicite continuatis, sensim viribus pedi sinistro redeuntibus, scipione suffulta in publicum prodiit tota aestate, templum quoque frequentavit.
Pero en seguida recrudeció la cefalea, que se exacerbaba por la ingesta de vino; y así todo el verano bebió agua y suero de leche de cabra. Únicamente apetecía las cosas frías antes que las calientes, por lo cual todo el verano se alimentó abundantemente de vinagretas, frutos crudos y lácteos. Con frecuencia todo el día, excepto la mañana, tomaba caldos.
Subinde tamen cephalalgia recruduit, quae a vini potu exacerbabatur; tota itaque aestate aquam aut serum lactis caprini bibit. Frigida prae calefactis unice appetebat, unde tota aestate acetariis, fructibus crudis et lacticiniis profuse vescebatur. Saepe toto die, nonnisi mane, jusculum comedit.
En el mes de agosto de 1668, de mañana, al ir a levantarse de la cama sintió que de nuevo languidecía la fuerza motriz y a la vez se quejaba de un dolor en la planta del pie derecho, antes sano, por lo cual después nunca osó apoyar el pie desnudo si antes no lo envolvía bien con paños. Ella misma no podía explicar la causa de ese dolor.
Mense augusti 1668, mane e lecto surrectura sensit motum animalem denuo languefieri simulque quaerebatur de dolore in planta pedis dextri, alias sani, ob quem nunquam diu posthaec nudo et non prius linteaminibus probe involuto pedi insistere audebat. Doloris rationem ipsamet effari nequibat.
La cefalea también volvió, tanto antes como después de este nuevo ataque, especialmente ocupando la parte derecha de la cabeza, y le atormentaba duramente ora la parte occipital, ora la frontal, ora la temporal, ora la frente. A veces por el dolor gritó que un absceso se ocultaba dentro bajo el frontal, e incluso que se preparaba a salir; por lo cual no pocas veces quiso que lo apresurase con cirugía.
Rediit quoque tum ante, tum post novum hunc insultum cephalgia, praecipue dextram [p. 396] capitis partem occupans, et nunc occiput, nunc synciput, nunc tempus, nunc frontem misere excruciavit. Quandoque prae dolore exclamavit abscessum intus sub syncipite latere, imo jam exitum parare; unde quoque non raro ut ille ope chirurgica maturaretur expetiit.

Entonces también se quejaba de vértigo, por lo cual temía caer al inclinarse, y decía que la sede de esto estaba más bien en la parte derecha, ya que ahí sentía claramente que el cerebro principalmente se agitaba. Sin embargo caminaba a menudo; pero decía que el brazo paralítico con frecuencia se le hacía tan pesado que temía caerse, al ser el cuerpo atraído hacia adelante por el peso.
Tunc quoque de vertigine querebatur, ob quam pronam se caesuram verebatur, hujusque sedem dextram potius partem dicebat, cum cerebrum praecipue turbari ibidem distincte sentiret. Incedebat nihilominus subinde; at brachium sinistrum paralyticum tam ponderosum ajebat saepius fieri ut casum timeret, pondere corpus antrorsum trahente.
Al llegar el invierno, sea por el abuso de [comidas] frías, sea por la vida sedentaria, sea en fin por la omisión de las medicinas, poco a poco los pies se volvieron edematosos y el abdomen se hinchó. En el mes de enero de 1669 las menstruaciones cesaron por primera vez.
Hieme adventante tum ob frigidorum abusum, tum ob vitam sedentariam, tum denique ob medicamentorum neglectum, sensim pedes oedematosi facti fuerunt ac intumuit abdomen. Mense januarii 1669 primum menses substiterunt.
De vez en cuando el catarro se apoderaba del pecho, volvía la respiración difícil y producía tos, en la que a veces arrojó sangre coagulada del tamaño de una haba; otras veces, cesando el catarro, sin duda más leve que en otros hidrópicos, respiró libremente y se acostó bien.
Subinde catarrhi ad pectus ruebant, respirationem difficiliore reddebant et tussim excitabant, qua aliquoties sanguinem concretum fabae magnitudine excrevit; alias, cessante catarrho, libere respiravit commodeque decubuit, humilius certe quam caeteri hydropici.
La hidropesía se incrementó en días, hinchándose mucho el abdomen y ocupando el edema incluso las nalgas. El pie derecho le dolió muchísimo.
Hydrops [p. 397] in dies incrementa sumpsit abdomine praetumido et oedemate etiam lumbos occupante. Doluit summopere pes dexter.
El día 23 de marzo de 1669 la visité ya moribunda. Además de los pies, se habían hinchado mucho el abdomen, las nalgas y el brazo, incluso el izquierdo. Tenía la “facies hipocrática”, extrema frialdad, lengua seca, pulso muy débil. En los pies aparecían manchas rojas; en la tibia derecha era inminente la gangrena.
Die 23 martii 1669 ipsam moribundam conveni. Praeter pedes, abdomen, lumbos, brachium quoque sinistrum admodum intumuerat. Facies erat hippocratica, extrema frigida, lingua arida, pulsus summe debilis. In pedibus maculae rubrae apparebant; in dextra tibia gangrena in procinctu aderat.
Durante algunos días deliraba; antes de su muerte recuperó la lucidez. Siempre y hasta el último suspiro vio nítidamente y oyó con agudeza. Murió el 24 de marzo de 1669.
Delirabat per aliquot dies; ante obitum ad mentem rediit. Semper et ad ultimum usque halitum accurate vidit et acute audivit. Die 24 martii 1669 mortua est.
El 25 de marzo con ruegos y dinero obtuve [permiso para] la apertura del cadáver. Antes de la apertura observé en el cadáver que salieron manchas anchas y lívidas en las tibias, que aparecieron granos grandes hinchados de fluidos, que en algunos lugares exudaba líquido de los poros, que el abdomen estaba hundido, que de la boca manaba copiosamente un líquido viscoso amarillento. ..........
25 martii cadaveris apertionem prece et pretio obtinui. Ante apertionem in cadavere observavi maculas in tibiis latiores et lividas evasisse, alicubi vesicas amplas sero turgidas emersisse, quibusdam in locis ex poris serum exsudasse, abdomen subsidisse, ex ore humorem viscidum subflavum copiose emanasse. .........



Extraída una porción del cerebro hasta el ventrículo derecho, de inmediato brotó de él agua turbia. Al dilatar este ventrículo, apareció un absceso del tamaño de un huevo de gallina, revestido de una peculiar capa del grosor de una pluma de paloma, cuyo lado opuesto se extendía hacia el temporal derecho. .....
[p. 398] ....... Cerebri portione ad ventriculum dextrum usque ablata, protinus ex illo exiliit aqua turbida. Dilatato amplius hoc ventriculo, occurrit abscessus ovi gallinacei magnitudine, peculiari tunica crassitie pennae columbinae vestitus, cuius oppositum latus versus tempus dextrum exporrigebatur. ......